Valls-Llobet

Friday, March 17, 2006

INTERVENCIÓN DE la diputada Carme Valls Llobet, en la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados.
10 de Marzo de 2006.


El capítulo que vamos a tratar, DERECHOS Y DEBERES DE CIUDANÍA Y PRINCIPIOS RECTORES, constituye el Título I de la propuesta de reforma del Estatuto de Autonómico de Cataluña.
Este titulo I, con escasa referencia en el Estatuto de Autonomía del año 1979, encuentra su fundamento en el ámbito de competencias que en el Estatuto se atribuyen a la Generalitat, sin perjuicio, por supuesto, de los derechos reconocidos en el Titulo I de la Constitución española del año 1978, desde el artículo 10 hasta el 55 (como muy bien ha expresado el Sr Lopez Garrido).

La Constitución sólo impone a los Estatutos un contenido mínimo en el punto 147.2. La Constitución no impone Máximos. En materia de Derechos los límites, son los Derechos Fundamentales, respetados y asumidos.
Discrepo con el Sr. Piqué, creo que este titulo no ha provocado desazón, sino esperanzas en la ciudadanía. Asumir derechos no crea desigualdades, sino que las mejora.

¿Porqué en esta misma Comisión aprueban Uds el Estatuto del País valenciano que contiene en su titulo II “los derechos de las valencianas y valencianos”, con singularidades específicas, como la del agua, o de la participación y asociacionismo, y ahora y aquí ponen el grito en el cielo? ¿Conocen la carta de Derechos de Usuarios de la sanidad de la Comunidad de Andalucía? ¿Por qué uds los aprueban en estos casos y lo desaprueban ahora? ¿Por qué hacen Uds diferencias entre ciudadanas y ciudadanos del Estado Español?
Quisiera plantearles una primera reflexión. Profundizar en la democracia no divide nunca. Dar derechos iguala a los hombres y mujeres libres, porque no imponen nada, sino que reconoce lo que ya existe en la sociedad real, no en la sociedad virtual, del país imaginario e imaginado que el PP se obstina a describir en Catalunya. Y les voy a poner un ejemplo:
La Constitución española contempla los derechos a la libertad de asociación, reunión, expresión y manifestación, que al aprobarla se convirtieron en derechos de toda la ciudadanía. Se convirtieron en derechos para todos los que lucharon por conseguir estas libertades durante la dictadura franquista, y también se convirtieron en derechos de todos los que no votaron la Constitución o incluso en derechos de los que se burlaron de los que se manifestaban en la calle.

Abrir derechos de ciudadanía BENEFICIA A TODA LASOCIEDAD, a todos los hombres y las mujeres libres que pueden ejercerlos. Incluso beneficia a los que no querían más libertad, que incluso votaron en contra de la Constitución, pero después han constatado la grandeza de la democracia porque han podido ejercer el derecho a la libertad de expresión y manifestación a pesar de las burlas y chanzas que habían esgrimido con anterioridad. Abrir caminos para la democracia, para la participación ciudadana, y para el compromiso cívico, beneficiará a largo plazo a toda la ciudadanía, e incluso a aquellos y aquellas que se oponen actualmente a este apartado, al que quisieran borrar sin argumentos. Por cierto permítame Sr presidente, un pequeño recuerdo y homenaje a todos y todas, los que hace cuarenta años estábamos en el día de hoy constituyendo el primer SINDICATO DE MOCRATICO DE ESTUDIANTES, del estado Español, rodeados por la policía en el Convento de los Capuchinos de Barcelona. Allí también empezamos a abrir nuevos caminos para la democracia.

Los derechos y deberes de este estatuto son plenamente constitucionales y sólo por este titulo ya vale la pena, dar el SI a este Estatut. Son derechos vinculados a las competencias atribuidas por el Estatut a la Generalitat. Son derechos justamente para contribuir a hacer más iguales a los que son más desiguales, a contribuir a la equidad. Son derechos destinados a contribuir a la libertad de toda la población, no sólo a la libertad de unos cuantos.

Precisamente porque tenemos cada vez más una ciudadanía que ha podido utilizar el derecho universal a la educación, aprobado durante la etapa del gobierno socialista en el estado español, es una ciudadanía cada vez más conocedora y exigente con sus derechos. Sólo el voto arroga representaciones, y nadie por mucha vehemencia que ponga en sus palabras puede decir que sus opiniones representan a toda la ciudadanía ( por muchas veces que repita la palabra verdad y sinceramente. Dime de lo que alardeas y te diré de lo que careces).

El Sr. Rajoy dijo en la sesión inicial de la Comisión, y lo ha repetido hoy el Sr. Acebes que los derechos y deberes de ciudadanía emanan del concepto de nación, y que como el no está de acuerdo con el concepto que aquí damos, sin argumentarlo, borra de un plumazo todo el articulado. Esta afirmación es radicalmente falsa. Los derechos de ciudadanía son derechos de hombres y mujeres libres, derechos humanos, derechos que provienen de ser sujetos de la polis, que pactan precisamente su convivencia sobre sus derechos y deberes. Son derechos de ciudadanos y ciudadanas. Se basan en considerar a cada ser humano como portador de derechos, para que sea valorado como sujeto y protagonista de su propia historia, y no sea excluido como reza la Constitución Española, por razones de sexo, clase social, religión, opción sexual, ni lugar de nacimiento. Si fuera o emanara de la nación seguramente muchas mujeres ( la mitad más dos de la población con derecho a voto) y algunos hombres todavía estarían esperando el derecho a voto, como todavía lo esperan más de 40 “naciones” en todo el mundo.

Las leyes se hacen para mejorar la convivencia y la calidad de vida de la ciudadanía, pero en la medida que la ciudadanía tiene más derechos, también adquiere más conciencia cívica. La civilidad de la ciudadanía y la madurez democrática, hace que las leyes que defienden los derechos de los ciudadanos, y que se ocupan de sus problemas concretos, sean en justa correspondencia observadas, y seguidas aceptadas como grandes pactos sociales que hacen avanzar también a todos los ciudadanos y ciudadanas que creían no tener ningún derecho.

El hecho de que las preocupaciones de la ciudadanía y de los colectivos que han sufrido de forma más punzante la discriminación, las injusticias sociales, y las desigualdades, se hayan recogido de forma detallada en este título, fortalece la relación entre la ciudadanía y sus representantes políticos. Uds no han dado ningún argumento para liquidar este titulo, tan solo adjetivos descalificativos, que confunden con argumentos ( les recomiendo leer sus mismas y repetitivas descalificaciones que no se acompañan de ningún argumento) Pero al borrarlo en bloque, dejan de hablar y de pensar en la vida misma, sólo repiten la palabra, pero la vacían de contenido. DE LA VIDA MISMA ES DE LO QUE HABLA ESTE TITULO.

De que vida y de que derechos hablamos?
El derecho de todas las familias, de la gente mayor y de la infancia a vivir con dignidad. El derecho a la educación, a la salud, a la vivienda y a los servicios sociales dignos y universales. De los derechos laborales y sindicales. Del derecho a vivir en un medio ambiente equilibrado, sostenible y respetuoso con la salud protegiendo a la población de las diferentes formas de contaminación. Del derecho de los consumidores y usuarios, de la emancipación de los jóvenes, y de la protección jurídica de las personas con discapacidad.
El derecho a poder trabajar por la cohesión y bienestar social, y que permita establecer un régimen de acogida de las personas inmigrantes y la posibilidad de promover políticas públicas que garanticen el reconocimiento de los derechos y deberes de las personas inmigradas y la igualdad de oportunidades en su ejercicio. También se contempla la promoción de la cultura por la paz, la cooperación par el desarrollo, la mejoría de la movilidad y la recuperación de la memoria histórica. Profundizar en el Estado de bienestar en Europa es trabajo de consenso entre derechas e izquierdas, pero si que constatamos que son Uds los que se alejan de mejorar el estado de Bienestar y de garantizar los derechos de ciudadanía. No es un problema de la derecha sino en concreto del actual PP.

Permítame Sr Presidente, que me detenga en dos tipos de derechos que no por ser más relevantes que los demás han concentrado casi exclusivamente las críticas de la oposición, como si los demás no fueran derechos para abordar los problemas de la vida misma. Me refiero a la agresividad mostrada contra la política lingüística y a vivir con dignidad el proceso de la propia muerte.
La discriminación lingüística por parte del gobierno y las leyes no existe en Catalunya y se ha hecho mucho para la normalización lingüística del catalán que si estuvo discriminado, perseguido y atacado durante los años de la dictadura. Precisamente para garantizar la libertad de los que desean comunicarse en catalán, para garantizar la no discriminación de ningún ciudadano o ciudadana a expresarse en la lengua que desee. Recordemos, como decía el Sr Rubalcaba al principio de la reunión de la Comisión, el año 1998, año de la aprobación de la ley de política lingüística. El Sr Rubalcaba señalaba que las leyes han de servir para unir y no para separar. En Catalunya ha sido precisamente la lucha de muchas ciudadanas y ciudadanos, unidos a generaciones de emigrantes, como Manuela de Madre, que provenían de todos los pueblos de España, la que nos ayudó durante los años de dictadura a defender nuestra lengua, nuestra cultura y nuestras libertades expoliadas.
Las dos lenguas oficiales de Catalunya, el catalán y el castellano, han servido y están sirviendo para convivir, para entendernos, y para enriquecernos “ para convertir nuestro país en ágora y no en templo”, y han contribuido ha desarrollar más y mejores puestos de trabajo y a la creación de mejores condiciones de vida para nuestras familias. Las lenguas en Catalunya han favorecido la convivencia, han abierto las mentes de nuestros jóvenes, y no ha sido utilizada en democracia para favorecer el odio o las bajas pasiones. La diversidad lingüística es siempre una riqueza.

Los que estén utilizando este elemento, para favorecer sus intereses electoralistas están incurriendo en una grave irresponsabilidad política y social . ( Quién siembra lluvia recoge tempestades, quién siembra odio colabora al rompimiento no deseado y en el fondo es miope frente a la riqueza que supone la diversidad).

El segundo tema denostado, se refiere al que “garantiza a vivir con dignidad el proceso de la muerte”, que no tiene nada que ver con el debate de la eutanasia. La muerte es la única certeza para todos los seres humanos, para todos, para cada uno y cada una, de nosotros. La muerte es consustancial a la vida, pero dado que es un destino que no podemos cambiar, si podemos amar cada día más la vida, hacerla más digna, vivirla con más calidad y convertirla en más justa para toda la ciudadanía. Todos los que hemos estado al lado de enfermos graves y terminales, sabemos de la dificultad que supone vivir con dignidad el proceso de la propia muerte, cuando el dolor es tan insoportable que ya no se puede ni hablar, ni pensar con claridad, cuando hora tras hora el paciente solicita algo que disminuya su dolor, cuando ya no existe ninguna esperanza de curación. Dado que la muerte es un hecho que vamos a vivir todos y todas, acogiéndonos al Articulo 15 de la Constitución, que aboga por “el derecho a la vida y a no ser sometido a tratos inhumanos o degradantes” demos la posibilidad de morir con dignidad, utilizando las curas paliativas de las que ya disponemos, a no colaborar con la degradación que la misma naturaleza puede imponer.
Me detengo un momento sobre los derechos de las mujeres, los derechos qué mas tarde han sido aceptados como derechos de ciudadanía por muchas “naciones”. Las ciudadanas invisibles, son el paradigma de que los Derechos de Ciudadanía no emanan del soberanismo, sino que dependen del acceso a la propia conciencia de seres libres que exigen el reconocimiento social. La larga marcha para conseguir hacer visibles los derechos de las mujeres a vivir sin violencia, a poder aportar sus saberes y su experiencia en todos los ámbitos de la vida social y política (lo que llamamos perspectiva de género) ha sido el nacimiento de unas nuevas sujetos de la polis que habían sido excluidas durante siglos.

El derecho a la salud y decidir sobre el propio cuerpo no se limita a la estrechez de miras con que lo observan uds. Se refiere al derecho a la salud integral ya no manipular el cuerpo de las mujeres, ni con psicofármacos ni con intervenciones estéticas, sin respetar la libre decisión de las mismas mujeres. Los derechos de las mujeres son derechos humanos, y aunque pudiera parecer una obviedad repetirlo, se tiene que decir y explicitar, porqué Sr Piqué, las mujeres no han sido consideradas muchas veces como personas y porque sus derechos han sido sistemáticamente conculcados en muy diversas modalidades como la discriminación salarial, el despido laboral por razones de maternidad, el acoso sexual, la falta de promoción laboral, la exclusión de los lugares de dirección, o el trabajo exclusivo del cuidado de niños, anciano y enfermos. Esto son los derechos para la ciudadanía que este titulo detalla, y en los que no me continuaré extendiendo por la brevedad del tiempo, pero que pueden contribuir, como hemos dicho antes, a hacer más iguales a los que son desiguales.

Los derechos de ciudadanía, plenamente constitucionales, nos permiten organizar mejor nuestra pluralidad y nuestra diversidad, con completa solidaridad y sin crear ninguna desigualdad porque son pactos de convivencia que pueden extenderse a quien quiera darselos. Están además plenamente enraizados en el catalanismo civil de la segunda mitad del siglo XIX, que con gran madurez defendió Valentí Almirall, en su libro “Lo catalanisme” publicado en 1886, refiriéndose a los propios derechos y las relaciones y alianzas que podrían establecer con el resto de los pueblos de España: “ Aspirando, no a la uniformidad, sino a la unión, emplea los medios que llevan a esta y rechaza los medios que pueden producir aquella. No busca nada por la imposición y lo espera todo de la asociación. Siendo lo contrario del sistema de opresión….. y huyendo del régimen de cooperación forzada, que va acompañada de la desigualdad de clases, tendéis a la cooperación voluntaria basada en su igualdad legal”. No buscar nada con la imposición y esperarlo todo de las alianzas y de los pactos, he aquí unas palabras todavía útiles ahora, de un hombre que los escribió hace 120 años.
Por último permitame, Sr Presidente, argumentar porque establecer derechos y deberes de ciudadanía no es intervencionismo, sino el ejercicio práctico de los derechos vinculados a las competencias atribuidas por el Estatut a la Generalitat.
Hay que entender en primer lugar que sólo se OPONEN A EXTENDER, y AMPLIAR MÁS DERECHOS, LOS QUE YA TIENEN PRIVILEGIOS. Los estados y los gobiernos deben garantizar la libertad de los ciudadanos, entendida como garantía de no dominación de unos seres humanos SOBRE otros. Algunos conciben la libertad sólo como no interferencia, pero no hay libertad sin igualdad y justicia. Como dice Philip Pettit, “No hay esperanza alguna de promover la causa de la libertad como no dominación entre individuos que no estén prontos a abrazar tanto la perspectiva de una igualdad substancial, cuanto la condición de la solidaridad comunal”. El estado y los gobiernos deberian garantizar que nadie quede marginado, ni excluido, que no sea por voluntad propia. La libertad cívica va siempre acompañada de un ingente trabajo en pro de la equidad y en contra de las desigualdades sociales.
LOS DERECHOS PARA LA CIUDADANÍA NO SON INTERVENCIÓN, SON GARANTÍA DE LIBERTAD. Impiden la intervención de fuerzas imponderables, como las de la naturaleza, las de la ley del más fuerte, o la de la agresión de los depredadores. Por ejemplo preservando el paisaje para que no sea asesinado por la construcción salvaje.
La naturaleza y la biología nos lo enseñan. El desarrollo y el progreso de las colonias de plantas y animales no progresan por estrategias competitivas y de aniquilamiento mutuo la competitividad, sino por la cooperación de unos seres vivos con otros. La ley del más fuerte, del más poderoso (social o económicamente) es realmente la ley “ antigua” que ha regido las sociedades primitivas, pero que no debería regir las sociedades de hombres y mujeres libres.
La modernidad no es utilizar las palabras modernas para ejercer políticas antiguas, sino para hacer leyes que respetan y profundizan el derecho de toda la ciudadanía, para que los mismos ciudadanos las cumplan y ayuden a hacerlas cumplir con responsabilidad, porque mejoran la convivencia, y nos permiten mejorar las alianzas entre los pueblos de España. Mejorar la democracia ciudadana rompe con las exclusiones, rompe con las antipatías y los odios y favorece la solidaridad de los seres humanos, que ejerciendo sus derechos aprenden cada día a vivir con más libertad,

Creemos en conclusión que este titulo es:
*PLENAMENTE CONSTITUCIONAL.
*SE ENTIENDE con diáfana claridad.
*DEFIENDE A TODA LA CIUDADANIA EN TODA SU PLURAL DIVERSIDAD. REFLEJA LA REALIDAD CONCRETA DE CATALUNYA.
*NOS PERMITE SENTIRNOS, LIBREMENTE, CATALANES, ESPAÑOLES, EUROPEOS Y CIUDADANOS Y CIUDADANAS DEL MUNDO.
*NO EXCLUYE A NADIE. SU CONCRECIÓN SE PUEDE EXTENDER A TODOS LOS GRUPOS DE CIUDADANOS QUE DESEEN HACER PACTOS DE AUTOGOBIERNO Y CONVIVENCIA.
*GARANTIZA LA PLENA LIBERTAD, EQUIDAD Y JUSTICIA SOCIAL.

Por ello no lo vamos a quitar sino a votar entusiásticamente.

Nada

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